En junio de 1994, en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos – OEA -, fue adoptada por los países del continente americano, La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, “Convención de Belém do Pará”. 

Para 1996, la Organización Mundial de la Salud -OMS- reconoció la violencia contra la mujer como un problema de salud iniciando una serie de procesos que buscan visibilizar la violencia contra la mujer.

La violencia contra las mujeres se ejerce de diferentes maneras, impactando sus vidas a nivel personal, familiar y social, por lo que requiere de atención para una detección temprana.

La violencia contra las mujeres ocurre en el ámbito público y privado. En la familia o el hogar, se da con mayor frecuencia, sin importar el nivel de ingresos, clase social, etnia, religión o cultura, donde a menudo es tolerada. El abandono, el abuso físico, sexual, psicológico y la violencia en el ámbito privado –casa- no es denunciada, siendo por ello difícil de detectar.

Los patrones de crianza refuerzan una cultura de violencia. De ahí que los golpes y todo tipo de abusos físicos, no son naturales ni normales, son aprendidos, considerándose como violencia física, pues se emplea la fuerza bruta y objetos materiales con el objetivo de causar daño muchas veces irreparable o mortal.

La violencia física es acompañada de la violencia psicológica: insultos, amenazas, gritos, comparaciones, humillaciones, reclamos, celos, acoso o el hecho de ignorar y hacer de menos a una mujer son parte de este tipo de violencia.

Así también, la violencia psicológica muchas veces es parte de la interacción cotidiana y confundida con un supuesto interés del hombre hacia la mujer, y es fácil de identificar  en cuanto al intento de control y manejo del poder hacia las mujeres.

Teniendo claro que por ningún motivo o supuesto, nadie, sin importar su posición, tiene derecho a ejercer violencia contra una mujer o niña. Denunciar a los agresores y abusadores, buscar apoyo con familias, amigas, amigos y profesionales especializadas es un derecho.