Por: Dominique de Quiñónez

La mujer y el hombre son perfectamente iguales en dignidad lo que,  indiscutiblemente, es la base de la ley natural. Lamentablemente en la historia se tiende a valorar al más fuerte, distorsión que ha afectado a las mujeres a lo largo del tiempo.

Es por ello que debemos luchar para que todas las personas, mujeres u hombres sean respetadas y valoradas en igualdad. Debemos trabajar para evidenciar y reconocer la contribución de las mujeres al mundo, como ciudadanas y el trabajo indispensable que aportan, cada día, para el bien de la humanidad.

Para lograr estos cambios necesitamos construir sociedades inclusivas que promuevan el desarrollo integral de las niñas y las mujeres, que generen más oportunidades para su empoderamiento y el fortalecimiento de su autoestima. Necesitamos edificar ciudades seguras para todas y todos, donde las mujeres y las niñas vivan libres de violencia.